La pasada clase de periodismo especializado comenzaba con un conjunto de comparaciones económicas que, con esos valores, quitaban el sentido a más de uno. Hablábamos de un sillón de Eileen Gray o lo que es lo mismo, un sillón de casi 22 millones de euros. Se vendió en la gran subasta de la colección de Yves Saint-Laurent y Pierre Bergé, promovida por la casa Christie's, el pasado 25 de febrero. Fue el tercer lote mejor pagado de una subasta que recaudaría un total de 373.935.500 Euros, exactamente. No hace falta ni comparar esta cantidad con el valor que darían las antiguas pesetas para hacerse cruces con tal cantidad de capital privado que se mueve entre unos pocos.
Como suele ser ya habitual, salió el tema del sueldo de los jugadores de fútbol de las ligas europeas, tan criticado entre la sociedad y, también, aunque ligeramente, por nuestro maestro. Me gustaría hacer una comparativa entre los diez sueldos más importantes de jugadores de fútbol y unas subastas y productos culturales.
Este es el ranking de los jugadores más bien pagados (Euros/año):
1. Ibrahimovic. Inter de Milán - 9.000.000
2. Kaka. Milan - 9.000.000
3. Messi. Barcelona - 8.400.000
4. Terry. Chelsea - 7.574.179
5. Lampard. Chelsea - 7.574.179
6. Henry. Barcelona - 7.500.000
7. Etoo. Barcelona - 7.500.000
8. C. Ronaldo. M. United - 6.762.660
9. Ronadinho. Milan - 6.500.000
10. Shevchenko. Milan - 6.500.000
Como comentaba antes, la subasta de la colección de Saint-Laurent cerró con casi 374 millones de euros:
1. Matisse - 36 millones euros
2.Brancussi - 29 mill.
3. Eileen Gray - 22 mill.
4. Mondrian - 21'5 mill.
5/6 Dos esculturas chinas - 30 mill.
Y si repasamos las tres últimas subastas de la casa Christie's, vemos como tan solo en tres días han recaudado unos 4'5 millones de dólares. Es decir, las cantidades son increíblemente superiores a las que se dan en el fútbol. No quiero defender el sueldo que cobran los futbolistas, pero sí decir que entiendo esta cantidad de dinero viendo lo que mueve el fútbol y todo el negocio que hay detrás que, en definitiva, nos interesa a todos. En Europa, en general, y en España, en particular, el fútbol es un mundo que se traduce en marketing, en ventas infinitas de las camisetas y otras prendas de las estrellas, en derechos de imagen y, para bromear un poco más, en cervezas y tapas que se consumen cada domingo en los bares del país. El fútbol paraliza nuestra sociedad.
Otro argumento que nos serviría para justificar estas cifras astronómicas, sería decir que es dinero privado. Efectivamente. Pero aquí está el problema, que en el caso de la cultura no siempre es así. El Estado francés se encargó de dar propaganda a la subasta de la pareja Laurente-Bierge, tras la muerte del diseñador y, también, se conoce otro fracaso de la administración francesa, en la cual tuvo que pagar 24 millones de euros de las arcas del Estado por un falso 'Van Gogh'. Igual que Francia, muchos países más, entre ellos España, invierten en obras para que la pueda disfrutar la sociedad.
Como uno de los 42 millones de ciudadanos españoles, algo me toca de las arcas del Estado y, por tanto, no admitiría una inversión de tal calibre en una obra cultural destinada, seguramente, a unos cuantos. Me niego a aceptar un gasto, por parte del Estado, de tantos millones de euros para que las obras de arte -supuestamente mágicas y hermosas- pasen de manos privadas a la exposición pública, para que las disfruten todos los ciudadanos, porque todavía hoy en día, el arte está muy reservado a ciertos sectores de la sociedad. Y menos, cuando estas élites de la sociedad consumen, en ocasiones, cultura por el hecho de decir que lo han hecho y no porque realmente les agrade. Simplemente, por mantener el status social que les caracteriza y no ser menos que el resto. Partiendo de esta premisa, la compra de una colección, por ejemplo, de Vasili Kandinski, precursor del abstractismo, por según que cantidades, la vería inadmisible. Esto no quiere decir que el Estado no debe promover la cultura con políticas destinadas a ello. De hecho, el gobierno del Estado debe encargarse de esto, de hacer política con leyes (los presupuestos del Estado, en donde la inversión en cultural y educación es fundamental, encajarían en el apartado de políticas) y no a golpe de talonario.
Por acabar con la misma analogía futbolística, sería como si el gobierno de Zapatero pagara al Manchester United millones de euros para que Cristiano Ronaldo jugase en la Liga Española y que todos los españoles disfrutaran del balón de oro del 2008. Seria inadmisible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario