domingo, 15 de marzo de 2009

Ítaca, el horizonte


Ítaca, ese destino soñado y tan deseado por Odiseo, más conocido como Ulises -protagonista de La Odisea de Homero- quien veía a la ciudad griega, su ciudad natal, como el destino, el fin, el culmen de una aventura. Siglos después Kavafis dedica un poema a Ítaca con la misma idea que el gran Homero. Me gustaría recuperar una de las lecciones que aparecen en 'tuaventura', en donde la voz de la experiencia del maestro intenta guiar a su discípulo. Dice así:


-Maestro, ¿que hemos de tomar como referencia en nuestro caminar?

-El horizonte.

-Pero, maestro, nunca llegaremos a él.

-Así es.


En el poema 'Viaje a Ítaca' de Kavafis, esta es la esencia del viajar. El viaje en busca del recorrido y no del destino; el viaje en busca de experiencias y historias que contar; el viaje como fuente de conocimiento. Esto es lo que diferencia al 'mochilero' del turista. El primero viaja como una manera de vivir, un estilo de vida; el segundo 'viaja a', dando más importancia a su Ítaca que al recorrido.


El poema de Kavafis puede ser una analogía de la vida, en donde, Ítaca es la indeseada muerte. Vemos aquí la certeza de que viajar es un estilo de vida, una manera de cruzar la senda de tu destino parándonos en todos los puertos, en todos los mercados artesanales, fijándonos en el entorno que nos rodea y siempre sin ansias de llegar a nuestra Ítaca. Eso sí, no hay que olvidar que nuestra Ítaca es nuestro horizonte.

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