sábado, 28 de marzo de 2009

Un Estado laico; una cristiandad intolerante


Por si algún internauta se ha perdido, por casualidad, en mi blog, debo recordar que, provisionalmente, tiene fines académicos y responde a la asignatura de Periodismo especializado en cultura de la Universidad Autónoma de Barcelona. En la última clase, pudimos ver como la definición de 'cultura' puede abarcar infinidad de acepciones desde diferentes puntos de vista; a saber: definición etimológica, metafísica, institucional, individualista, social, progresista, elitista, nacionalista, darvinista, etnocéntrica, sistemática, urbana, cultura como buen gusto, como crítica...Ya ven ustedes la gran variedad. ¡Pero, me falto una, José María! La cultura desde el punto de vista religioso.


En España, como en muchos países europeos, tradicionalmente cristianos, la gran mayoría nos regimos por la cultura y el legado de la religión cristiana, pese a la laicidad del Estado español, reflejada en el 'vademécum de la ambigüedad legislativa' o, más conocida -formalmente- como Constitución (Art. 16). Los valores que nos acompañan en nuestro día a día son valores que aparecen en la Biblia, son los valores que persiguió Jesús; y hasta el más escéptico o un agnóstico como yo ha crecido con la presencia de la Iglesia en su entorno. Nacemos y somos bautizados -sin querer por falta de consciencia-, crecemos y recibimos la primera comunión, con dos dedos de frente la mayoría nos saltamos la confirmación, en cambio, todos tenemos en mente el matrimonio. Afortunadamente, todo esto está cambiando: muchas familias retrasan el bautizo de sus hijos para que él acceda con su consentimiento, la comunión se cambia por un viaje a Disneyland París y el matrimonio civil es una buena alternativa para no casarte con Diós.


En cambio, la presencia de la religión católica es permanente en nuestro día a día. Y me refiero a todo aquel marketing de la Iglesia, como empresa más antigua y exitosa de la humanidad, desde la estampa de Juan Pablo II (todavía vende más que Ratzinger) hasta la propaganda religiosa de la monarquía española. pasando por todas las figuritas y fiestas (Semana Santa, Navidad, San Juan, San José, etc). Todo ello dificulta la convivencia y la integración de los no cristianos, especialmente, los islamistas.


Quiero poner el ejemplo de Francia, donde las políticas conservadoras que han gobernado durante estos años me sirven como reflejo de esta falta de tolerancia de lo no cristiano; aunque hago mi crítica extensible a otros países occidentales, de tradición cristiana. En Francia se prohibió, con una nueva ley, en el 2004, cualquier símbolo religioso en la escuela pública, ya que atentaba contra la laicidad. La verdad es que la ley era una prohibición del hiyab o velo islámico, debido al peligro que representaba para la integración en la cultura francesa.


El hiyab tiene toda una historia, con orígenes preislámicos, que llegó a desaparecer por movimientos feministas y que ahora ha resurgido -tras la década de los '70- como símbolo identitario y cultural del mundo árabe. Así, encontramos mujeres que llevan su hiyab voluntariamente, otras que lo llevan en contra de la voluntad de sus padres (laicos) y otras, pues, que se ven obligadas a llevarlo, cosa que se tiene que evitar. Pero todos los prejuicios que tenemos nos los construimos nosotros por la influencia cristiana. Si Jesús hubiera tenido varias esposas, hoy no veríamos tan mal la poligamia y si en lugar de un 'Papa' hubiera habido una 'Mama' en la Santa Sede, curioso, seguramente el mundo no sería tan machista.


Con leyes así lo único que se consigue es enfrentar a las religiones y evitar la integración de las comunidades religiosas.


sábado, 21 de marzo de 2009

Como un niño...

Me gusta decir que el 6 de agosto del 2008 lo pasé en México. Era mi cumpleaños. Pese a la soledad y la nostalgia del momento, gracias a todos fue muy especial. Por la mañana, sentado en el hall que unía las cuatro habitaciones de la casa, apoyado en la pared, viajé virtualmente a Cataluña: a mi casa, a mi entorno, con mi pareja, mi familia, mis amigos...Todavía lo recuerdo como si fuera ayer. Me cantaron el cumpleaños feliz por el día, me regalaron un sueño, lloré, lloré, lloré mucho, fui a la universidad, estropeé una fiesta sorpresa que me estaban preparando, celebramos la fiesta 'sorpresa' con mis compañeros de piso y dos amigas mexicanas -una norteña y una chilanga-, me cantaron 'Las mañanitas', bebí cava y soplé las velas. Ese día cumplí 20 años al otro lado del Atlántico. Y esto es ya para toda la vida. Siempre digo que cuando sea viejo, me sentaré con mis nietos y nietas y mi querida pareja y, con garrote en mano, les explicaré esta aventura.

Fueron cinco meses de experiencias infinitas que, desde lo más cotidiano a lo más excepcional, me han enriquecido en todos los sentidos. Tendría tantas cosas que explicar que se hace complicado concretarlo. Podría decir que, culturalmente, he visto ciudades coloniales que los españoles regalaron a cambio de una histórica matanza de indígenas; he paseado entre la arquitectura de Guadalajara y sus grandes murales mexicanos del siglo XX (obras de Rafael Orozco); he vivido y disfrutado la esencia de la música mexicana, entre cumbias y rancheras; me he embadurnado las manos comiendo los famosos tacos y burritos; he podido comparar el industrializado y desértico norte del paradisiaco y mísero sur...Seguramente, podría añadir más experiencias que han sido muy positivas, pero no quiero ser yo el protagonista; porque, sin duda, si de algo he aprendido, ha sido de la conversación, la convivencia y el trato con la gente.

Es esto lo que me ha permitido conocer más sobre la manera de vivir de los mexicanos y, en extensión, los latinoamericanos. Y la resumo con dos virtudes: su generosidad y su hospitalidad que, de hecho, ha sido lo que más he envidiado en mi regreso. Todavía hoy me avergüenzo, cuando en la primera semana, desconfié de un señor que trabajaba en una estación musical de radio y que lo único que quería era ayudarme. Me invitó con su familia a cenar, nos comentó cual podía ser una buena zona para vivir, nos llevó a ella, nos ayudó a encontrar nuestra residencia en Monterrey; y todo sin ninguna necesidad. Sólo quería colaborar como periodista en su estación y acabamos encontrando un amigo. Esto sería un ejemplo, de entre muchos más, que he podido vivir allí y que nunca se darían en nuestras tan queridas ciudades europeas.

Me gustaría invitar a todo el que lea el blog a que se vaya, directamente, sin pensarlo, que se vaya. Que viaje, que viva una locura de este tipo, que se quite todos los prejuicios y descubra verdaderas experiencias; pero sobre todo, que disfrute como un niño.











domingo, 15 de marzo de 2009

Un míercoles de arte


'Spamalot', 'El curioso caso de Benjamin Button' y este miércoles tocaba la exposición en el Museu d'Art Contemporani de Barcelona, de Thomas Bayler, un artista alemán (Berlín, 1937) que anclado, seguramente, en el Pop art, ha sido capaz de mostrar los cambios que se vivieron en Europa a partir de la década de los '60. El inicio de su obra coincide con un momento histórico, político y social clave para el desenlace que hoy conocemos. Con el fin de la Segunda GM y el fin de los regímenes fascistas y autoritarios -excepto en la 'Gran España' que todavía bailaban con Paquito-, llegó la Guerra Fría, esa dicotomía entre capitalismo y comunismo. Con ello, el ya poder imperialista de los Estados Unidos, la situación en Oriente Medio y la guerra del Vietnam servirán de influencia para toda la obra de Bayler.


La diversidad de la obra de Bayler es magistral, así como la tipología de obras. De hecho, su obra no se organiza por su producción cronológica, por ejemplo, sino por los diferentes tipos de obra. El alemán es capaz de realizar desde sencillas acuarelas, hasta curiosos montajes en grandes dimensiones. Es capaz de trabajar la imagen como pocos, conseguir con la repetición de mini-imágenes una gran figura. Trabaja con diapositivas o audiovisuales, siempre con el objetivo de mostrar que hay un 'trecho' entre la imagen que se emite y la concepción de la misma que el espectador recibe.


Bayler tiene pasión por las autopistas y las comunicaciones, entiendo que en clara referencia a la globalización y a las interrelación del mundo en el que vivimos. Son varios los mosaicos y las esculturas con las autopistas como protagonistas. Y para acabar, no deja de lado el amor, ni el sexo entre un hombre y una mujer, además con sorprendente inquietud por una postura.


Es magnífica la variedad de Thomas Bayler y que se recopila en el MACBA en una exposición 100% recomendable: Thomas Bayler, diria que ja no som a Kansas.


Próximo espectáculo: La Bella y la Bestia, si la economía lo permite.

Ítaca, el horizonte


Ítaca, ese destino soñado y tan deseado por Odiseo, más conocido como Ulises -protagonista de La Odisea de Homero- quien veía a la ciudad griega, su ciudad natal, como el destino, el fin, el culmen de una aventura. Siglos después Kavafis dedica un poema a Ítaca con la misma idea que el gran Homero. Me gustaría recuperar una de las lecciones que aparecen en 'tuaventura', en donde la voz de la experiencia del maestro intenta guiar a su discípulo. Dice así:


-Maestro, ¿que hemos de tomar como referencia en nuestro caminar?

-El horizonte.

-Pero, maestro, nunca llegaremos a él.

-Así es.


En el poema 'Viaje a Ítaca' de Kavafis, esta es la esencia del viajar. El viaje en busca del recorrido y no del destino; el viaje en busca de experiencias y historias que contar; el viaje como fuente de conocimiento. Esto es lo que diferencia al 'mochilero' del turista. El primero viaja como una manera de vivir, un estilo de vida; el segundo 'viaja a', dando más importancia a su Ítaca que al recorrido.


El poema de Kavafis puede ser una analogía de la vida, en donde, Ítaca es la indeseada muerte. Vemos aquí la certeza de que viajar es un estilo de vida, una manera de cruzar la senda de tu destino parándonos en todos los puertos, en todos los mercados artesanales, fijándonos en el entorno que nos rodea y siempre sin ansias de llegar a nuestra Ítaca. Eso sí, no hay que olvidar que nuestra Ítaca es nuestro horizonte.

jueves, 12 de marzo de 2009

Viajar es vivir mil vidas



Un viajero no es un turista. Un viajero es un mochilero. Si la vida es un viaje, viajar es vivir. Es vivir porque viajar te permite conocer mil vidas, todas ellas diferente a ti, cada una con algo de especial que las hace particular. Es eso lo que te llena de vida y hace que vuelvas a caer en la tentación de huir de tu entorno y viajar, viajar, viajar...

Esta es mi idea de viaje, una idea que concuerda, seguramente, en la idea del equipo de Santiago Tejedor. http://www.tuaventura.org/ es un proyecto fabuloso para aquellos amantes no sólo del viaje, sino amantes del periodismo y de la escritura, de la sociología, de la cultura y del saber. Sólo hace falta echar un vistazo en el apartado 'equipo' las citas de cada componente de 'tuaventura' para conocer lo que viajar aporta a cada uno de ellos. Y la variedad es espléndida. 'Tuaventura' ha sido capaz de recopilar a una gran red de viajeros uniendo la península con el mundo y, en especial, con América Latina, pasión -como él ha reconocido- del director del proyecto de ciberperiodismo de viajes, Santiago Tejedor. Esta red de jóvenes exponen no sólo sus experiencias sino, también, sus reflexiones. Y es que, recuerden, viajar permite adquirir infinitos conocimientos para entender tanto tu entorno, como el de los demás; entender maneras de vivir y de entender la vida. Viajar permite extraer conclusiones con el mayor de los argumentos: "Lo he vivido".

De que sirve sonreír, si no puedes compartir tu sonrisa. Viajar es compartir, dar un poquito de ti y recibir, a menudo, mucho de los demás. Viajar llena tu destino de historias que contar; que mejor que poderlas compartir con el resto. La primera semana de este semestre volvía con una compañera y amiga de clase en el ferrocarril. Ella me pregunto sobre mi estancia en México como estudiante de intercambio. Ella había estado en Australia casi tres semanas. Me encantó. Me explicaba su experiencia y era como si ella la estuviera reviviendo y yo como si me encontrara en medio del desierto australiano cruzándolo en carretera con los canguros a un lado. Sólo es un ejemplo del intercambio de experiencias que permite el viajar.

Como se titula el directo de la banda española de rock 'Fito y Fitipaldis', Vivo para contarlo. Un lema perfecto que define mis dos pasiones: viajar y el periodismo.

domingo, 8 de marzo de 2009

A la de uno, a la de dos, a la de tres...adjudicado!!


La pasada clase de periodismo especializado comenzaba con un conjunto de comparaciones económicas que, con esos valores, quitaban el sentido a más de uno. Hablábamos de un sillón de Eileen Gray o lo que es lo mismo, un sillón de casi 22 millones de euros. Se vendió en la gran subasta de la colección de Yves Saint-Laurent y Pierre Bergé, promovida por la casa Christie's, el pasado 25 de febrero. Fue el tercer lote mejor pagado de una subasta que recaudaría un total de 373.935.500 Euros, exactamente. No hace falta ni comparar esta cantidad con el valor que darían las antiguas pesetas para hacerse cruces con tal cantidad de capital privado que se mueve entre unos pocos.


Como suele ser ya habitual, salió el tema del sueldo de los jugadores de fútbol de las ligas europeas, tan criticado entre la sociedad y, también, aunque ligeramente, por nuestro maestro. Me gustaría hacer una comparativa entre los diez sueldos más importantes de jugadores de fútbol y unas subastas y productos culturales.


Este es el ranking de los jugadores más bien pagados (Euros/año):


1. Ibrahimovic. Inter de Milán - 9.000.000

2. Kaka. Milan - 9.000.000

3. Messi. Barcelona - 8.400.000

4. Terry. Chelsea - 7.574.179

5. Lampard. Chelsea - 7.574.179

6. Henry. Barcelona - 7.500.000

7. Etoo. Barcelona - 7.500.000

8. C. Ronaldo. M. United - 6.762.660

9. Ronadinho. Milan - 6.500.000

10. Shevchenko. Milan - 6.500.000


Como comentaba antes, la subasta de la colección de Saint-Laurent cerró con casi 374 millones de euros:


1. Matisse - 36 millones euros

2.Brancussi - 29 mill.

3. Eileen Gray - 22 mill.

4. Mondrian - 21'5 mill.

5/6 Dos esculturas chinas - 30 mill.


Y si repasamos las tres últimas subastas de la casa Christie's, vemos como tan solo en tres días han recaudado unos 4'5 millones de dólares. Es decir, las cantidades son increíblemente superiores a las que se dan en el fútbol. No quiero defender el sueldo que cobran los futbolistas, pero sí decir que entiendo esta cantidad de dinero viendo lo que mueve el fútbol y todo el negocio que hay detrás que, en definitiva, nos interesa a todos. En Europa, en general, y en España, en particular, el fútbol es un mundo que se traduce en marketing, en ventas infinitas de las camisetas y otras prendas de las estrellas, en derechos de imagen y, para bromear un poco más, en cervezas y tapas que se consumen cada domingo en los bares del país. El fútbol paraliza nuestra sociedad.


Otro argumento que nos serviría para justificar estas cifras astronómicas, sería decir que es dinero privado. Efectivamente. Pero aquí está el problema, que en el caso de la cultura no siempre es así. El Estado francés se encargó de dar propaganda a la subasta de la pareja Laurente-Bierge, tras la muerte del diseñador y, también, se conoce otro fracaso de la administración francesa, en la cual tuvo que pagar 24 millones de euros de las arcas del Estado por un falso 'Van Gogh'. Igual que Francia, muchos países más, entre ellos España, invierten en obras para que la pueda disfrutar la sociedad.


Como uno de los 42 millones de ciudadanos españoles, algo me toca de las arcas del Estado y, por tanto, no admitiría una inversión de tal calibre en una obra cultural destinada, seguramente, a unos cuantos. Me niego a aceptar un gasto, por parte del Estado, de tantos millones de euros para que las obras de arte -supuestamente mágicas y hermosas- pasen de manos privadas a la exposición pública, para que las disfruten todos los ciudadanos, porque todavía hoy en día, el arte está muy reservado a ciertos sectores de la sociedad. Y menos, cuando estas élites de la sociedad consumen, en ocasiones, cultura por el hecho de decir que lo han hecho y no porque realmente les agrade. Simplemente, por mantener el status social que les caracteriza y no ser menos que el resto. Partiendo de esta premisa, la compra de una colección, por ejemplo, de Vasili Kandinski, precursor del abstractismo, por según que cantidades, la vería inadmisible. Esto no quiere decir que el Estado no debe promover la cultura con políticas destinadas a ello. De hecho, el gobierno del Estado debe encargarse de esto, de hacer política con leyes (los presupuestos del Estado, en donde la inversión en cultural y educación es fundamental, encajarían en el apartado de políticas) y no a golpe de talonario.


Por acabar con la misma analogía futbolística, sería como si el gobierno de Zapatero pagara al Manchester United millones de euros para que Cristiano Ronaldo jugase en la Liga Española y que todos los españoles disfrutaran del balón de oro del 2008. Seria inadmisible.