miércoles, 23 de febrero de 2011

Café con sal...


Como diría Reston, mucho de lo que entregamos -hablando del periodismo- es como el correo, una porquería. Pues bien, el correo de mi casa hoy ha sido una porquería. Sin embargo, incluso la porquería merece su reflexión. Dos sobres a tener en cuenta:

El primero, una carta para mi hermano (que ya no vive aquí) en la que se le informa de que su permiso de conducción va a caducar en menos de tres meses, que por favor vaya al centro médico de El Prat. Todos los datos son correctos. Lástima de que mi hermano nunca se haya sacado el carnet de conducir. Error!!

La segunda, aún me parece más grave. Un panfleto propagandístico del Partido Popular. A uno de sus lados, con fondo negro y letras blancas, se niegan rotundamente a la construcción de una mezquita en la ciudad de El Prat. Al otro lado, se intentar argumentar, pidiendo ya de paso el voto para las municipales.




Hoy, este país ha celebrado con el mismo entusiasmo que cada 23-F el fracaso del Golpe de Estado de Tejero, que precisamente cumplía 30 años. Quienes intentaron romper con el proceso democrático -que ya cumplía sus primeros años- vieron c
omo la 'chapuza' que hicieron se desmoronaba como castillo de arena. Hoy, nadie duda de lo viva que está nuestra todavía joven democracia. Cabe preguntarse por su calidad.

Mientras en España se da esta efeméride, el mundo árabe lucha, vive y muere por la consecución de esta democracia o alguna similar. Túnez, Egipto, Yemen, Bahrein, incluso Marruecos en menor medida, y Libia. En este país han muerto, según algunas fuentes, más de 300 personas ya. La hipocresía de occidente es máxima. Solo hace falta ver las fotografías del álbum que recopila Cadena SER:

Los países occidentales han mantenido con Gadafi relaciones comerciales constantemente cuando se conocía, por ejemplo, la relación bilateral con la anterior metrópoli, Italia, o mejor dicho, con Berlusconi, en donde a cambio de dinero Gadafi aceptaba inmigrantes ilegales que eran devueltos a campos de refugiados, en donde el respeto por los Derechos Humanos era nulo. Y aún más, hoy la UE se ha reunido para resolver el posible éxodo de ciudadanos árabes que huyan de las revueltas al sur de Europa. La principal preocupación de Europa no es la democratización del mundo árabe, sino el control de la inmigración. De hecho, aún más, a los países europeos les interesaba, sin duda, las dictaduras que ahora el pueblo tumba, ya que así mantenían alejados -en algunos casos- a los partidos islamistas, que parece que preocupa a muchos de los líderes europeos.


Volvamos a mi ciudad. Volvamos a la construcción de la mezquita en El Prat de Llobregat. ¿No es un gesto democrático la construcción de un templo religioso que responde al valor del Estado laico y la libertad religiosa? ¿Qué proceso de integración podemos pedir cuando no dejamos hacer a muchos musulmanes que trabajan para este país los que muchos católicos hacen cada día: ir a misa? ¿Porque se relaciona de manera simplista el Islam con opiniones fundamentalistas? ¿Porque llevar el burka es, de manera incuestionable, un ataque a la mujer, cuando muchas de ellas lo llevan por voluntad propia?

Conductas patriarcales y machistas eran una costumbre hasta hace dos días y todavía se dan en nuestras sociedades católicas. La solución nunca ha llegado, pero los avances se han dado gracias a instrumentos y no gracias a prohibiciones: el aborto, el divorcio... La historia es fácil de olvidar. Pero, también, fácil de recordar cuando nos interesa. Antes de alardear de democracia, deberíamos de cuestionarnos la calidad de la misma.

Café con sal. Contradicciones indisolubles que dan ganas de vomitar.

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